El recién nacido no quiere estar boca abajo: las diversas razones
“¡Mi recién nacido ya no quiere estar boca abajo !” Esta frase me la han dicho varias veces de forma preocupada padres que saben de la importancia de esta actividad para el desarrollo motor y postural de su hijo.
Puede haber momentos en que la posición boca abajo parezca ser rechazada por el niño. En este artículo revelaré las 3 razones principales por las que esto puede suceder.
1. ¿Qué es el tiempo boca abajo?
El tiempo boca abajo es el tiempo que se pasa acostado boca abajo . Se trata de un auténtico ejercicio para el niño que tiene como objetivo entretenerlo, pero también favorecer su desarrollo postural y motor .
De hecho, el tiempo boca abajo es la clave para desarrollar el tono muscular y la coordinación.
Esta posición debe proponerse desde las primeras semanas de vida del bebé . De hecho, unos pocos minutos varias veces al día serán suficientes en las primeras etapas, y el tiempo puede aumentarse a medida que el bebé crece.
Puede que al principio al pequeño no le guste encontrarse mirando al suelo, pero poco a poco se irá enamorando de esta posición y la encontrará realmente divertida y estimulante.
Puede haber momentos en los que parezca que el recién nacido ya no quiere estar boca abajo, pero antes de contaros estos momentos, ¡os contaré las ventajas de esta fantástica actividad!
¿Por qué es importante?
El Tummy Time sin duda permite al niño mejorar su desarrollo motor y postural, pero veamos en detalle algunos de los principales beneficios de esta actividad:
- Fortalece los músculos de la espalda y los hombros para ayudar a su bebé a alcanzar las siguientes etapas de rodar y gatear en el futuro;
- Fortalece los músculos del cuello, favoreciendo la correcta rotación y soporte de la cabeza del bebé;
- Favorece la visión gracias a la coordinación mano-ojo-boca;
- Mejorar las habilidades motoras finas a través de la manipulación de juguetes y las habilidades motoras gruesas a través de la experimentación y el logro de hitos clave;
- Promueve el desarrollo cognitivo a través del juego;
- Mejora el desarrollo emocional y relacional con el padre que interactúa con él;
- Mejora la percepción de las propias extremidades, lo cual es esencial para las etapas posteriores;
- Fortalece los músculos abdominales y la estabilidad pélvica, que son esenciales para gatear y caminar de forma independiente;
- Favorece el equilibrio.

2. #1 El recién nacido no quiere estar boca abajo debido a problemas gastrointestinales
El primer problema que puede llevar al recién nacido a no querer permanecer más en posición boca abajo puede ser la presencia de problemas gastrointestinales en el pequeño.
De hecho, los cólicos y el reflujo provocan dolor y hinchazón del vientre en el bebé; Por lo tanto, si se apoya en éste puede quejarse y rechazar el puesto.
Los problemas gastrointestinales no sólo generan malestar e irritabilidad en el niño, sino que también ralentizan su desarrollo motor y postural ya que el niño no tendrá ganas de jugar y realizar actividades.